viernes, 5 de octubre de 2012

BIENVENIDA


Nadie nos enseña a ser padres/madres. Nuestros hijos/as no tienen manual de instrucciones, que fácil sería si lo tuvieran. El papel más importante que tenemos que desempeñar en esta vida es, sin duda, el de SER PADRES, pero también el más difícil.


Aprendemos sobre la marcha, con mayor o menor éxito. Improvisamos ante cada situación que se nos plantea en el día a día con la mejor de nuestras intenciones, eso nadie lo pone en duda. En la mayoría de los casos, el único referente con el que contamos es el legado de nuestra propia educación: la que hemos recibido de nuestros padres. Modelos que reproducimos a falta de cualquier otro patrón.

Cada vez más, acuden a las consultas de profesionales padres que se sienten impotentes ante los problemas educativos de sus hijos. Muchos vienen buscando "recetas mágicas" que le ayuden en el largo, complejo y difícil camino de la resolución de conflictos. No hay "recetas mágicas" porque cada niño es único e irrepetible y porque cada familia, su entorno, su situación personal, es un mundo. Pero sí hay directrices, pautas, normas básicas, a partir de los cuales los padres pueden abordar tan difícil tarea.

Para eso estamos los especialistas, para ayudar cuando se nos requiere. Somos los encargados de identificar, diagnosticar y buscar las soluciones a los problemas planteados. Alguien, especializado en el tema, y que puede valorar desde fuera lo que a usted y a su familia le está ocurriendo, será quien le pueda ofrecer más elementos para afrontar la situación que les preocupa.

Siente que las cosas les superan como padres si:
  • Su hijo es caprichoso y no sigue las pautas que usted le indica.
  • La relación conyugal es pobre y no hay un buen clima afectivo.
  • Problemas de lenguaje o habla.
  • Problemas de aprendizaje o rendimiento escolar.
  • Conductas anormales, en especial ira excesiva o tristeza excesiva.
  • Aislamiento.
  • Cambios de humor repentino y/o constante.
  • Su hijo es demasiado activo e inquieto.
  • Su hijo está deprimido.
  • La conducta y personalidad del niño han cambiado de forma drástica.
  • Usted no se siente capaz, o con fuerzas, para encarar determinado problema.
  • Usted ha vivido, o está viviendo, una crisis importante en la familia: pérdida del trabajo, mudanza de vivienda, cambio de escuela, muerte de un familiar o alguien allegado, una enfermedad grave, separación de su pareja...
Si esperamos, si creemos que el tiempo lo solucionará, no haremos más que perpetuar, y en la mayoría de los casos, agravar el problema. Ojala lo consigamos y entre todos podamos poner nuestro granito de arena para hacer de nuestros hijos, niños felices. Porque los niños felices de hoy, serán hombres y mujeres felices mañana

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