DETIENEN A UN MENOR DOS VECES EN SIETE HORAS POR PEGAR A SU MADRE

En la Conferencia del Juez D. Emilio Calatayud, ya nos alertó sobre el aumento tan impresionante que está teniendo la violecia filio-parental( de hijos hacia padres) sobre todo en jóvenes de clase media- alta.

Os adjuntamos un artículo publicado hoy en el Diario Sur, que verifica este aviso

DETIENEN A UN MENOR DOS VECES EN SIETE HORAS POR PEGAR A SU MADRE

La mujer denunció que su hijo, de 14 años, le propinó varios puñetazos en el brazo y un golpe en la cara que le rompió las gafas. 

Un menor ha sido detenido dos veces en apenas siete horas por presuntos malos tratos a su madre, a la que habría propinado golpes en un brazo y en la cara. La mujer decidió avisar a la Policía Local de Málaga, ya que, como ella misma confesó a los agentes, temía que las agresiones pudieran ir a más.

La primera llamada la hizo a las dos de la tarde del lunes. Una patrulla de la Jefatura de Carretera de Cádiz acudió al domicilio. Fue la propia afectada la que les abrió la puerta y les explicó lo ocurrido. Según confirmaron fuentes policiales, los episodios violentos se habrían producido durante las dos últimas semanas, en las que los insultos se convirtieron en habituales. Supuestamente, fue agredida varias veces por su hijo; al parecer, en una ocasión llegó a pegarle por no darle dinero.

La gota que colmó el vaso cayó esa mañana. La madre denunció que el menor le propinó varios puñetazos en el brazo. Los agentes se dirigieron al adolescente, que se encontraba en esos momentos en la vivienda, puesto que, además, había decidido dejar de ir al instituto. Cuando le preguntaron por lo sucedido, él reconoció los hechos, según las fuentes.

Los policías locales le leyeron los derechos por presuntos malos tratos en el ámbito familiar y lo trasladaron a las dependencias del Grupo de Investigación y Protección (GIP), especializado en este tipo de casos. La madre también les acompañó para formalizar la denuncia.

Los agentes informaron a la Fiscalía de Menores para que adoptara una decisión sobre el adolescente. La representante del Ministerio Público determinó que se le entregara a la progenitora a la espera de ser citado para prestar declaración.

Escondido en una esquina

Pero el joven no se marchó con su madre. Al saberse en libertad, echó a correr y escapó de los agentes, que lo localizaron minutos después escondido en una esquina de una calle cercana. A continuación, una patrulla lo llevó al domicilio familiar.

A las 21.00 horas, la mujer volvió a marcar el 092. La víctima contó al operador que la atendió que, al llegar a casa, su hijo volvió a agredirla. Presuntamente, le dio un golpe en la cara y, a causa del mismo, le rompió las gafas. Tras el incidente, el menor se fugó de la vivienda.

Desde la sala de la Policía Local se avisó al GIP para que se hiciera cargo del caso. Una unidad de este grupo se desplazó al lugar y se entrevistó con la mujer. Tenía las gafas rotas.

Los agentes efectuaron una batida por la zona en busca del joven. No tardaron en encontrarlo. Al ver a la policía, el menor emprendió la huida a la carrera. Llegó a cruzar una avenida muy transitada para escapar de ellos. El semáforo estaba en verde para los conductores, por lo que «puso en peligro» su integridad física y la de los demás usuarios de la vía, resaltó una de las fuentes consultadas.

Delito de resistencia

Los policías le dieron alcance al otro lado de la calle. Le leyeron nuevamente los derechos por supuestos malos tratos en el ámbito familiar, al que añadieron un presunto delito de resistencia a la autoridad.

Del mismo modo, volvieron a llevarlo a las oficinas del GIP para instruir diligencias, las segundas del día por el mismo asunto. Y, al igual que hicieron a mediodía, le preguntaron a la fiscal de guardia qué hacían con el detenido una vez que culminaran el atestado. En esta ocasión, la representante del Ministerio Público dispuso que el menor pasara la noche en el calabozo y que, al día siguiente, se le pusiera a disposición de la Fiscalía.